Publicado por Germán Murillo 2ºESO B
Adaptaciones de
los ecosistemas a la sequia
Uno
de los temas que más intriga últimamente a la comunidad científica es el efecto
del cambio climático resultado de las actividades humanas en los ecosistemas.
¿Cómo serán las montañas, los bosques y los océanos en un mundo uno o dos
grados más cálido que el actual?, ¿Cómo van a encajar los ecosistemas cambios
tan rápidos e importantes en el régimen de temperaturas y precipitaciones como
los que ya se están produciendo en muchas partes del mundo?
Esta
semana la prestigiosa revista científica Nature ha publicado un estudio en el
que dan respuesta a algunas de preguntas de este tipo. Los autores se han
preguntado hasta qué punto los diversos ecosistemas del mundo tienen la
capacidad de soportar periodos de sequía mucho más largos de lo habitual
manteniendo sus funciones más básicas.
La
respuesta a esta cuestión no es baladí, los años 2000-2009 ha sido los más
cálidos del periodo de 130 años entre 1830 y 2009. Durante este tiempo se han
producido agudas sequías en distintas partes del mundo, lo que ha ocasionado
incendios y pérdidas de cosechas agrícolas. A lo largo del siglo XXI se prevé
un aumento de la incidencia de sequías particularmente largas en África, Europa
del Sur, Oriente Medio, la mayor parte del continente americano, Australia y el
Sudeste Asiático. Según algunos modelos predictivos dichas sequías pueden
provocar grandes cambios en la vegetación de estas zonas, sin embargo, muy
pocos estudios han documentado si este proceso ya está ocurriendo.
Los
autores de este estudio han estudiado el efecto de la sequía de 2000-2009 en la
producción primaria neta de distintos tipos de ecosistemas en América y
Australia. La producción primaria neta hace referencia a la cantidad total de
materia orgánica producida en un ecosistema a lo largo de un periodo
determinado y tiene una enorme importancia, pues es ampliamente utilizada para
evaluar la "salud" de los ecosistemas.
Para
analizar el efecto de la sequía en los ecosistemas estos científicos han
utilizado los datos climatológicos y de vegetación procedentes de varias redes
de parcelas forestales experimentales y han analizado los cambios en los mismos
a lo largo de dos periodos; 1975-1998, considerado "normal" y
2000-2009, considerado muy seco. Dichos datos incluyen ecosistemas de muy
distinto tipo; bosques tropicales secos y húmedos, sabanas, áreas de matorral y
estepas semidesérticas.
Los
resultados del trabajo indican que la mayoría de los ecosistemas estudiados
poseen una elevada" resiliencia" o capacidad de adaptación a la
sequía; en ellos la mayoría de las plantas son no sólo capaces de tolerar años
con precipitaciones muy bajas sino que además aprovechan enormemente aquellos
en los que estas son mayores. Sin embargo, si los periodos de sequía son
excesivamente largos (más de siete u ocho años) esta capacidad de adaptación
colapsa, apareciendo una importante mortalidad. Y ello, sorprendentemente,
ocurre primero en aquellos ecosistemas que tradicionalmente se han considerado
como más resistentes a la sequía tales como las estepas semidesérticas. En
ellas, esta elevada mortalidad supone un umbral de degradación a partir del
cual el ecosistema pierde la capacidad de volver a su estado original y se
reorganiza totalmente, transformándose en algo muy distinto a lo que era.
Es
decir, la vegetación de la mayor parte de los ecosistemas se adapta a la
escasez de agua mejor de lo que pensábamos, pero hasta un límite, y llegados a
ése límite los "alumnos aventajados" en la adaptación a la sequía son
paradójicamente los que más sufren.
Las
conclusiones de este trabajo son muy importantes porque están basadas en datos
de campo reales, no en modelos teóricos, y reflejan un fenómeno que ya está
ocurriendo, no que puede ocurrir. Sin embargo, los autores, como buenos
científicos, son cautos, y señalan que sus resultados hacen referencia a
tendencias a gran escala, no a escalas locales, en donde tienen lugar muchos
otros procesos a parte de la sequía, y en donde es mucho más difícil saber qué
es lo que va a ocurrir.